Está establecido y aceptado que nuestra mentalidad determina nuestros niveles de estrés aún más que las circunstancias externas. Sin embargo, no se trata solo de una perspectiva general de la vida positiva o negativa… cómo pensamos sobre la comida y la cultura de la dieta (y las acciones que llevamos a cabo en consecuencia) pueden pasar factura a cómo manejamos nuestros niveles de estrés.
La cultura de la dieta está tan normalizada que a veces es difícil ver cómo en realidad estás dañando tu salud, ¡precisamente en nombre de la salud! Estos comportamientos «dietéticos» pueden estar afectando a tus niveles de estrés más de lo que podrías pensar.