Por supuesto, hay de todo. Busca a la gente que te inspire. Encontrarás otras que no te van a gustar, pero tú tienes que saber que tú acabarás como las mejores para ti. Seguro que en la profesión que tienes o quieres tener hay gente que te gusta más y menos… ¡y tú no piensas que vayas a ser como los últimos!
Siempre recordaré estas palabras que leí en el blog de Hannah Durbin (el cual desgraciadamente ya no existe): “Se me dijo que saltara desde el precipicio y abrazara la caída libre. Se me prometió que la recuperación estaría al otro lado. No les creí, pero salté de todos modos. Y aquí estoy hoy, al otro lado, diciéndote que saltes”.
Aquí estoy yo también hoy, llegando al otro lado y dándome cuenta de que la oscuridad que veía desde mi precipicio no es tal, sino una joya brillante. Si hubiera visto lo que hoy veo, habría saltado sin pensarlo. Pero en realidad ya lo había visto, solo que a través de los ojos de las que me precedieron en este camino. Lo que pasa es que no podía creerlo del todo, aunque sí lo suficiente como para empezar. Créeme. Merece la pena. Salta.