Pensar antes de hablar. Mucha gente hace lo segundo, poca lo primero. Y esto puede causar muchísimo daño a tu alrededor, porque nunca sabes por qué están pasando quienes te escuchan.
Yo, concretamente, sé lo que pasa en el caso de los trastornos alimenticios, y cómo frases que la gente dice alegremente y a la ligera resultan terribles tanto para la gente que sufre estas enfermedades o se está intentando recuperar, como para quienes son propensos a ellas por alguna razón.
A continuación pongo algunas de las frases más perjudiciales y, a la vez, más comunes. Estas no son frases que solo debas evitar decir delante de una persona que ya sabes que tiene ese problema. Sino que deberías evitarlas siempre, porque como he dicho no sabes qué semillas hay ya en la mente de quienes te escuchan, y también para frenar la perniciosa cultura de la dieta que ha enloquecido nuestra relación con la comida como sociedad.